El estudio se enfrentaba a un edificio en un emplazamiento único, encajado entre los edificios existentes y sobre el solar de un antiguo teatro. Debido a su forma irregular, el podio de base tiene fachada a los 4 lados de la manzana. La torre residencial se asienta sobre este podio que, además de los servicios residenciales, alberga un gran pasillo compartido que conecta a los inquilinos comerciales con la zonas de almacenamiento de basura y un muelle de carga, manteniendo así las funciones de servicios públicos fuera de la vista del vecindario. El diseño se inspiró en los estándares y contexto multidimensional del barrio, promoviendo un entorno vital sostenible, generando equilibrio entre trabajo y ocio, y creando un estilo de su vida saludable e implicar a las empresas locales y a la comunidad circundante.
La torre residencial está retranqueada respecto a la fachada, lo que permite tanto vistas para los residentes como una presencia a menor escala en la calle, en consonancia con la escala de los edificios adyacentes. La entrada principal también está retranqueada respecto a la concurrida calle 19, lo que crea un patio al aire libre y una genial “bienvenida a casa” para los residentes. En el lobby predomina la luz natural gracias a los grandes ventanales y techos acristalados. El acero, la madera y el delicado uso de colores genera un espacio elegante de bienvenida. Cada espacio tiene un carácter propio, diseñado específicamente para su uso y el usuario. En la primera planta se encuentra el vestíbulo y cafetería, y en la segunda planta los amenities con zona de juegos y bodega. Cuenta con cine, estudio de música, gimnasio y una increíble terraza creando un oasis verde en la ciudad para tomar el sol, hacer jardinería, ver películas en pantalla grande e interactuar.