Ubicado en la última planta del hotel Nhow en Ámsterdam, el Coctel Bar Sonora ofrece audaces cocteles tropicales inspirados en Latinoamérica, complementando la oferta gastronómica de su alter-ego, el restaurante Selva, situado en la misma planta 24, pero en espacios independientes. El espacio en el que se sitúa, de forma triangular y dimensiones bastante reducidas, disfruta de una vista impresionante hacia la nueva periferia de Ámsterdam, gracias a una imponente envolvente de vidrio de suelo a techo. Desde el principio entendimos que uno de los retos principales sería conseguir que la barra, habitualmente el elemento central de cualquier Coctel Bar, compitiera en protagonismo con las vistas.
La barra de cocteles en Sonora se convierte en el protagonista indiscutible del espacio, gracias a su posición central y su llamativo revestimiento dorado brillante, que se extiende hacia el techo, creando una misteriosa superficie envolvente de formas orgánicas. Su acabado hace referencia a las tradicionales figuras precolombinas que se revestían en oro, asociadas con la leyenda de “El Dorado”.
Varias capas de superficies reflectantes a lo largo de la envolvente consiguen dar continuidad a la fachada de vidrio, evocando a su vez la imagen de cascadas de agua, y creando un dialogo con la alfombra verdosa y su patrón acuoso. Mobiliario ecléctico y de formas orgánicas, dispersado orgánicamente junto a la fachada contemplan las vistas de Ámsterdam, e incluyen piezas en colores rojos intensos y estampados llamativos, evocando frutas venenosas o animales peligrosos al acecho en un estanque.