La Gran Vía madrileña rompe con lo establecido presentando un nuevo conjunto de apartamentos boutique con un especial y muy cuidado interiorismo. Este nuevo concepto aúna la elegancia y estilo característicos de las viviendas más refinadas y lo pone al alcance de cualquier visitante de la capital. Turistas venidos de cualquier lugar del mundo podrán disfrutar de una estancia acogedora en plena Gran Vía con vistas fuera y dentro de su apartamento. El objetivo de este dinámico equipo era presentar un proyecto de alojamientos turísticos en pleno centro madrileño con un toque mucho más personal y acogedor; otra de sus pretensiones era crear estancias innovadoras mediante la concepción de un nuevo concepto vacacional poco habitual.
Para lograrlo se apuesta por un interiorismo que parte de la selección una pieza singular y trabajar el resto de elementos acordes a ella. Por ejemplo en la zona de estar el diseño se articula a partir de un aparador, cuyas características como la curva de sus piezas y las líneas negras del metal, sirvieron de inspiración bajo la cual se decidió el resto del diseño del espacio. Este detalle se puede ver en la perfilería negra en el techo y las estructuras de la decoración y mobiliario