Convertir un local de fachada protegida, vacío, estrecho, oscuro, anodino y lleno de recovecos en un nuevo restaurante llamativo, elegante y atractivo, con un diseño diferente y actual. El Restaurante Boscos se ubica en el pleno casco histórico de Alcalá de Henares, en la ajetreada calle Libreros, zona de bares y restaurantes por excelencia de la zona. El local se sitúa en un edificio histórico de 1920, estando su fachada protegida por las ordenanzas municipales
Cuando los clientes contactaron con el estudio les pidieron transformar un local donde antiguamente existía una franquicia de venta de complementos. “El local no tenía nada especial en paredes, techos ni suelos, había sido reformado en contadas ocasiones anteriormente, y estaba totalmente recubierto de paredes y techos lisos blancos y suelo gris. Un local anodino sin vida ni carácter”. Los clientes les pidieron un espacio acogedor y elegante para un nuevo restaurante que fuera de referencia en la zona céntrica de Alcalá de Henares, pero más enfocado a restaurante que a bar de tapas. Y necesitaban una cocina que se pudiese ver a través de una ventana o show-cooking desde la sala.
El espacio del local es estrecho y alargado, contando con sólo una fachada de poca longitud a la calle Libreros, el local se extiende en profundidad pero no en anchura. Sólo cuenta con ventanas en la fachada y en un patio interior con el que comunica al fondo del local. Como consecuencia, el local cuenta con escasa iluminación natural. La distribución del restaurante se diferencia por zonas: la zona de la entrada, zona de mesas altas, zona de barra, zona de mesas bajas y comedor. La intervención en la fachada supuso para el estudio un reto, ya que no se podía hacer prácticamente nada, pero querían diseñar algo llamativo.