El estudio ha concebido este proyecto con la intención de crear un ambiente sereno a través de una selección limitada de materiales, logrando al mismo tiempo una experiencia acogedora y elegante. Los materiales utilizados destacan por su presencia marcada: estuco en paredes y techos, mobiliario de madera en tono tabaco, pavimento rústico gris oscuro y baldosas vitrificadas de color en ciertas paredes para aportar dinamismo a las zonas de paso.
La distribución del espacio mantiene la estructura original del local anterior, optimizando su funcionamiento para el nuevo restaurante. Se han conservado la cocina y la barra en sus ubicaciones previas, realizando ajustes menores para mejorar la operatividad sin alterar la esencia preexistente. La segmentación de los espacios se refuerza con accesos enmarcados en madera del mismo tono, generando ambientes íntimos y diferenciados. Además, se han diseñado elementos decorativos exclusivos para el restaurante, como una celosía de tablillas de madera, mesas y bancos comunitarios, así como apliques de acabado en latón en la zona de cócteles. Todos los comedores siguen un esquema similar: un banco corrido se apoya en una de las paredes para mayor flexibilidad en el servicio, complementado con mesas individuales que terminan de definir el espacio. Para maximizar la altura disponible, se han instalado planos inclinados de DM revestidos con fibra natural inspirada en el tatami, que ocultan los conductos del aire acondicionado sin afectar la estética del lugar.
La iluminación ha sido diseñada para ser adaptable, permitiendo generar tanto una atmósfera íntima como un ambiente más social según la ocasión. La iluminación indirecta unifica los diferentes espacios, complementada con focos estratégicos que añaden dramatismo a las áreas de comedor. Las lámparas decorativas, piezas icónicas del diseño, aportan el toque final de calidez al conjunto.