En el centro de Marrakech se encuentra Maison Brummell Majorelle, un atractivo hotel boutique que fusiona el encanto de la arquitectura local con un enfoque contemporáneo único. Su estructura sólida, decorada con cortes estratégicos y espacios abiertos, ofrece diversas experiencias espaciales, mientras que los exuberantes jardines y el agua en movimiento añaden un toque especial. El exterior, construido con métodos y materiales locales, presenta acabados de yeso, azulejos hechos a mano y detalles de latón, marcando las transiciones entre los espacios con elegancia.
Aunque respeta la arquitectura marroquí, el diseño se vuelve juguetón y encantador, haciendo referencia sutil a las formas locales sin imitarlas. La Maison, como se le conoce, se centra en la relajación, destacando un hammam tradicional en el piso inferior, interpretado de manera minimalista pero lujosa. Este enfoque contribuye a crear un destino único y memorable que rinde homenaje al patrimonio arquitectónico de Marruecos de una manera renovadora.
El interior del hotel narra la historia ficticia de Azzeddine y Mio, una pareja con una vida internacional reflejada en el diseño. Se inspira en la herencia marroquí de Azzedine y la sensibilidad japonesa de Mio, utilizando una paleta de colores centrada en el terrazo y el Tadlelakt. Esto crea un ambiente atemporal y elegante, desaturando el esquema de color local. Se han elegido cuidadosamente elementos como reliquias familiares y recuerdos de viajes que cuentan una historia rica y compleja.
La mayor parte del mobiliario interior, como mesas y sofás, fue creado por artesanos locales y diseñado por el estudio, siguiendo principios minimalistas con énfasis en un diseño duradero y atemporal. De esta manera, este hotel boutique refleja una fusión armoniosa entre la tradición marroquí y la vida internacional de sus creadores.