Este edificio histórico rehabilitado, con vistas a la Plaza Villa de París de Madrid, alberga en sus cinco plantas, 11 viviendas únicas con espacios amplios, alturas superiores a los tres metros, y luz natural en todas las estancias. Los diseñadores han querido resaltar y potenciar el carácter señorial del edificio histórico proyectando una estética de inspiración parisina pero reinterpretada en clave contemporánea y con la italianidad de su know how, combinación que se refleja tanto a nivel arquitectónico como de interiorismo.
A nivel cromático, se ha elegido una única tonalidad de gris que integra paredes, techos, molduras, cuarterones y puertas en un único elemento, creando una atmosfera especial, y neutralizando el espacio para que sean los propios materiales empleados los que transmitan los matices de color. Destaca el uso de materias nobles y naturales como maderas, mármoles o piedra, combinadas con elementos metálicos y acabados ‘zincados’. En cuanto a los suelos, en las estancias principales Ilmiodesign ha utilizado madera con espigado Punta Hungría en tonos grisáceos, en línea con el concepto cromático. En las cocinas se repite esta forma pero en una piedra blanca portuguesa. Por su parte, en los baños principales el diseño incorpora suelos y paredes en piedra Dolomita, y el alzado y lavabos en Onix blanco retroiluminado.
En las zonas comunes de Villa de París se ha trabajado por recuperar los materiales y elementos originales, como el ladrillo visto y las bóvedas del edificio, combinándolos con carpintería metálica en acero, maderas de nogal y entrevigados en lamas de madera. Tanto en el patio principal, como en los otros que hay en el edificio, se apuesta por la vegetación en las paredes y por un suelo adoquinado en espiga bicolor, que confiere una estética elegante y al mismo tiempo moderna. En el hall, por su parte, se conservan y restauran los elementos existentes.