Un lugar de almuerzo rápido, de café, alejado del menú de mediodía, pero sin perseguir la tendencia del brunch sino acercándose más a los esmorzars de forquilla, tan catalanes.
El proyecto en su conjunto es una propuesta que involucra el enfoque gastronómico, el ambiente y el naming; buscando que este concepto de bar más tradicional se acerca a un público más joven, más cosmopolita.
La Mal Dita, es justamente un sito MalDicho MalDito porque el ambiente te traslada al 2020 pero el estómago te lleva a los tiempos de tus abuelos. Como diseñadores trabajando en Retail y restauración debemos mantener en mente que el objetivo de un local de restauración es ser un negocio rentable. Podemos jugar con el storytelling ligado a los objetivos gastronómicos del lugar; pero siempre sabiendo qué está sobre la mesa.
En este local de apenas 65 m2 uno de los objetivos espaciales era crear un espacio dinámico de alta ocupación sin parecer una cantina y consiguiendo mantener perspectivas siempre agradables, cruzadas, interesantes.
Un lugar dinámico en cuanto color y materialidad buscando un punto trash underground de las reformas cambiantes de hoy.