Guitiriz es conocido por las grandes propiedades terapéuticas de sus aguas mineromedicinales, que brotan a 15º de temperatura, en la fuente de San Juan, ubicada en la capilla, dentro del recinto del propio complejo. El siglo S XVIII, fue el siglo dorado de este establecimiento, posicionándolo como un referente europeo del termalismo, inaugurando su hotel en 1908. Durante la Guerra Civil, fue habilitado como hospital y se construyó una pequeña mezquita anexa para los combatientes musulmanes. Lamentablemente, en 1972 un cambio de preferencias en el sector turístico vacacional, provoca que se cierre. En 2003, renace tras una fantástica restauración, para disfrutar de un nuevo periodo de esplendor, para años más tarde cerrar nuevamente.
Se trata de un edificio modernista, que ofrece servicios de wellness en un entorno único, donde es posible disfrutar del esplendor de la naturaleza y desarrollar un sinfín de actividades deportivas al aire libre, entre las que destaca el golf. El estudio se impuso el reto de realizar un interiorismo sostenible y no invasivo. Cuando se trabaja con una edificación con una gran carga histórica, además de una buena base arquitectónica y decorativa, lo importante es realizar un interiorismo lo más sostenible posible, recuperando toda su esencia. La intencionalidad del estudio siempre ha sido hacer un espacio atemporal, acogedor, que le da la bienvenida a cada huésped. Utilizando materiales, tonos y piezas de mobiliario, dentro de una línea contemporánea, muy cómodo, funcional, elegante, atemporal y sobre todo, siempre siendo apto para instalaciones hospitality. En las habitaciones, se recupera una atmósfera luminosa, con techos altos y molduras, con la clara intención de que el huésped se sienta en un espacio de gran bienestar.