Un edificio destinado a ser un hotel para estudiantes situado en una manzana trapezoidal con dos caras: una exterior que refleja las fachadas del entorno y otra interior que imita los patios característicos de la zona. Con un total de 140 habitaciones y diversas áreas comunes, como la recepción, salas de estudio, TV-gaming, lavandería y cocina de uso común, el diseño tiene como objetivo lograr una integración armónica con el entorno. El proyecto también contempla los espacios exteriores y la construcción de un estacionamiento subterráneo.
La empresa Urbania, encargada del proyecto, se comprometió a implementar la máxima industrialización posible en la construcción con el objetivo de fomentar la sostenibilidad, reducir los residuos y optimizar la utilización de recursos. Esta estrategia incluye la reducción de la huella de carbono y la aceleración del proceso de construcción. Además, se enfatiza en la sostenibilidad y eficiencia del diseño, con el objetivo de lograr la máxima calidad de productos y el control adecuado de residuos.
El diseño de los espacios se centra en detalles específicos, como pasillos interiores con toques de color, un cine-gaming enmarcado por luz negra, habitaciones con colores llamativos en el frente de la fachada, cocinas comunes con islas de cocina en negro, zonas sociales con textiles que difuminan los límites y una escalera industrializada en blanco y negro.