El proyecto consiste en la rehabilitación de la entrada de estilo neoclásico de un palacio Madrileño del siglo XIX, para convertirlo en el lobby de un hotel de lujo, creando una experiencia sensorial a sus visitantes, siempre recuperando la esencia clásica del edificio y respetando la distribución original, molduras, frisos y cornisas.
Esta entrada había sido un antiguo pase de carruajes. El objetivo del proyecto fue resaltar todo lo existente y convertir el espacio en un exterior para crear una experiencia al visitante, siempre respetando la historia original del edificio. El espacio está dividido en tres zonas: recepción, zona de bienvenida y zona de espera. En la recepción se ubica un mueble fabricado en una sola pieza de cuatro metros de ancho en piedra natural con taburetes para el personal del hotel. En la zona de espera se creó una barra también en piedra natural acompañada de tres estanterías en formato XXL diseñadas por Manuel Espejo Estudio. En la zona de espera la protagonista es la lámpara de la firma Viabizzuno de tres metros de altura y uno y medio de diámetro fabricada con lupas y latón. Se crea una escenografía teatral a través de un proyecto de paisajismo que representa un jardín con pájaros de formas geométricas que “recorren” el espacio desde el interior hasta la puerta principal. La iluminación juega un papel clave en el proyecto. Se creó iluminación vertical para iluminar las molduras de las paredes y desde el suelo para crear un juego de luces y sombras con las formas geométricas de los pájaros.
Los acabados utilizados son sisal natural tratado y teñido en gris para el suelo, pintura especial en blanco mate para paredes, muebles en piedra natural, estanterías fabricadas en madera de roble, tela, metal y espejos retroiluminados. Maletas de atrezzo con telas de tendencia y los pájaros de papel. Hay que destacar las ventanas de espejo con linea de luz oculta y toldos en seda tratada en tono oro.