Sandra Tarruella ha proporcionado un aire desenfadado y fresco al hotel Chiqui, utilizando una gama cromática en tonos naturales y algunas pinceladas en colores azules y verdes.
Uso de fibras naturales como la cestería, que recuerdan a los parasoles que usaban los bañistas en la playa a principios del siglo XIX. Esta materialidad se combina con colores cálidos y materiales nobles en suelos, paredes y techos, en tonos piedra de estética sutil y elegante.
Las habitaciones se proyectan alrededor de un patio central enfatizar las vistas hacia la bahía. A petición del cliente, la zona de salón puede utilizarse como salón o habitación. Para ello se han diseñado unos sofás a medida, que se convierten en camas individuales por la noche. Además, unos cierres de puertas correderas separan los dos espacios, permitiendo cerrar y separar las habitaciones por la noche o dejar abierto durante el día y que llegue más luz natural a toda la habitación. El baño mantiene la estética de la habitación, aportando además luz y aplomo cubriendo las paredes y suelos en mármol blanco.
En el piso de arriba, se encuentra el solárium ajardinado. Se juega con las alturas que permiten tener distintos espacios y conseguir una zona de coctelería, zona de solárium y zona para las duchas. Además de combinar alturas de las plataformas, se varían las tonalidades y el dimensionado del pavimento de gres, que ayuda a zonificar. El interior de la piscina, también en varias alturas, permite disfrutar de la piscina tanto para nadar, como para tomar el sol o sentarse
HOTEL CHIQUI SANTANDER
Estudio: SANDRA TARRUELLA INTERIORISTAS
Ubicación: Santander
Fecha de ejecución: 2021
Fotografía: Salva López
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HOTEL CHIQUI SANTANDER
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