El proyecto de interiorismo para este hotel boutique en el centro de Lisboa busca capturar la elegancia y el refinamiento de la Belle Époque parisino siguiendo un estilo muy señorial que abarcó a toda Europa durante el siglo XIX y XX mediante una combinación de materiales nobles colores sofisticados y detalles ornamentales.
La distribución de los espacios favorece la amplitud y la luminosidad con techos altos, grandes ventanales y una cuidada selección de mobiliario que remite al estilo clásico francés. La materialidad se basa en el uso de maderas nobles terciopelos y mármoles combinados con detalles en latón y dorados que aportan un aire lujoso sin resultar recargado. El mobiliario incluye cabeceros capitoné, sillones curvos y escritorios en madera con líneas refinadas, además de lámparas de araña y apliques decorativos que evocan los salones parisinos del siglo XIX. La iluminación se resuelve mediante una combinación de luz cálida indirecta con lámparas colgantes de inspiración art déco y apliques de pared en tonos dorados y cristal tallado. La paleta cromática juega con tonos crema beige y gris perla complementados con acentos en azul profundo verde esmeralda y detalles en dorado para reforzar la estética Belle Époque.
La experiencia del huésped se centra en la sofisticación y el confort con textiles de alta calidad, una cuidada selección de arte y espejos ornamentales que amplifican la luz y aportan profundidad. Los espacios comunes incluyen salones acogedores con muebles de época, suelos de mosaico hidráulico y molduras decorativas que enfatizan el carácter histórico del edificio fusionando la nostalgia del París de la Belle Époque con la esencia vibrante de Lisboa.