El proyecto se encargo de habilitar un antiguo palacio del siglo XVI en un hotel boutique de cinco habitaciones. El proceso paso por diseñar espacios y objetos nuevos respetando siempre los elementos originales de la casa. La paredes de nueva construcción, con un revestimiento cerámico monocromático, contrastan por su geometría y acabado mate, con la textura y la destonificación de las paredes existentes. En cuanto al mobiliario, a parte del de las habitaciones también se han diseñado muebles para las zonas comunes, como la mesa de la sala de catas, realizada con dos de las vigas centenarias extraídas del edificio. Ha habido también un trabajo artístico de reinterpretación de la iconografía de los azulejos tradicionales levantinos: “los socorratas”; que se han introducido en el proyecto como ilustraciones decorativas que aportan frescura y color al espacio.
El hotel cuenta con 5 apartamentos, distribuidos en 5 plantas. En el sótano, con una entrada independiente, se encuentra el apartamento más grande, que dispone de 2 habitaciones dobles, una zona de estar y una cocina. Este espacio destaca por la utilización de la piedra vista original del edificio en los muros perimetrales. Los demás apartamentos se encuentran cada uno en una planta diferente, excepto el apartamento 5, que es un dúplex. En este, la zona de estar y la cocina están en la última planta, ofreciendo vistas privilegiadas del pueblo y la comarca. En las áreas comunes resalta la escalera central, hecha con una estructura metálica y peldaños de madera maciza. El juego geométrico con cerámicas de color es notable en esta zona, gracias al revestimiento de azulejos verdes que cubre la pared izquierda desde la planta baja hasta la segunda planta. En la primera planta, abierta hacia la escalera, se encuentra la sala de catas, un espacio que junto a la sala de estar en la planta baja, añade versatilidad a las áreas comunes.
Se han utilizado cerámicas en dos colores (verde y terracota), en diferentes formatos y acabados (mate y brillo) para crear un efecto de profundidad. La cerámica mate se coloca en primer plano, mientras que las piezas brillantes revisten las paredes en un segundo plano (como en los interiores de los aseos, hornacinas, y fondos de cocina). Sobresale la selección de piezas de mobiliario e iluminación contemporáneas, que contrastan con la textura rústica del edificio. Se han escogido piezas decorativas inspiradas en las tradiciones artesanales de la comarca, como cerámicas y esculturas de fibras naturales.