El diseño del restaurante se caracteriza por la autenticidad de los materiales en estado crudo y por una búsqueda de funcionalidad, con un fuerte énfasis en la sostenibilidad. Se reutilizaron elementos originales del edificio, como baldosas de hormigón del año 1900 y una campana de cocina antigua, lo que disminuyó la huella energética del proyecto. Además, se incorporaron materiales naturales como adobe, madera maciza recuperada y piedra local.
El restaurante también emplea soluciones tecnológicas ecológicas, como un sistema de recuperación de calor que mejora la eficiencia energética, y un techo acústico natural que reduce el ruido y optimiza la experiencia de los clientes durante las actuaciones de música en vivo. La simplicidad en el diseño y los principios de honestidad y sostenibilidad son el corazón de Fismuler, creando un ambiente que respira autenticidad sin artificios.