Un extenso complejo residencial con un enfoque flexible living, planteando un desafío significativo para el estudio al abordar su diseño integral. El conjunto comprende diversas edificaciones conectadas por espacios públicos exteriores ajardinados y un eje interno de áreas comunes que albergan diversos servicios para la comunidad. El diseño completo incluye las zonas comunes, alojamientos, señalización y espacios al aire libre. Aunque los ámbitos público y privado requerían estrategias diferentes, se buscó un concepto global que otorgara coherencia al conjunto, destacando valores como el buen vivir local, la escala, la cercanía, la hospitalidad y un diseño contemporáneo y distintivo.
En los espacios comunes, característicos de un desarrollo como Be Casa, se priorizan dos aspectos: una escala mayor para acomodar el flujo constante de personas y una escala menor que permite actividades más íntimas. Estos espacios comunes se distribuyen en cadena a lo largo del frente del edificio, creando un paisaje interior variado que abarca desde el área de acceso y el gran vestíbulo de recepción hasta espacios como el coworking, salón social, gimnasio y cine, todos conectados por un amplio pasillo principal abierto al exterior. El lenguaje de diseño utilizado busca evocar la sensación de hogar en un entorno que va más allá de lo urbano, acercándose a la naturaleza. El paisaje interior destaca con colores terracota, grises, filtros de lamas de madera y textiles en lino blanco, así como pérgolas blancas que filtran la luz y proporcionan privacidad. Este enfoque refleja la influencia mediterránea, marcando la forma de vida global y definiendo las alturas de los diferentes espacios. El diseño interior del edificio, desde el hall de acceso hasta los espacios comunes, refleja una cuidadosa planificación. La presencia de elementos como lámparas de madera suspendidas, mobiliario diseñado a medida y detalles como celosías cerámicas blancas, contribuyen a la cohesión del diseño. Los espacios, como el coworking, el salón social y las áreas privadas, están hábilmente organizados para ofrecer diversas experiencias a los usuarios.
En resumen, la intervención de Alfaro-Manrique Atelier ha logrado dotar a los interiores de una narrativa doméstica, luminosa y relajada. La reinterpretación sintética de un lenguaje mediterráneo, junto con el control espacial y formal, ha conferido sofisticación al proyecto, adaptándolo a las características del entorno y los usos previstos.