Un proyecto hotelero muy variado en cuanto a interiorismo con aproximadamente 260 habitaciones y 60 apartamentos, todo de distintas tipologías y que el Cliente requiere estilos distintos para cada una de las tipologías. El estudio creó una narrativa coherente a lo largo del todo el proyecto que unifique las ideas y asista en la toma de decisiones, ya sea una distribución o elegir un determinado acabado o pieza de mobiliario. Además, un objetivo fundamental y a tener en cuenta, fue incluir en el proyecto los estándares de la marca hotelera Andaz de Hyatt, todos los requerimientos que exigen como marca en cualquiera de sus proyectos.
Brime Robbins crea un concepto global para el hotel que denomina “Caleidoscopio de Culturas” vinculado al contexto local por las diferentes culturas que viven en la ciudad y usando elementos autóctonos a lo largo de todo el proceso de diseño. El diseño se apoya en costumbres qataríes y aspectos tradicionales de Qatar, como es Al-Sadu, una manera específica de tejer y que Brime Robbins reinterpreta en varios elementos, por ejemplo, de las habitaciones.