El nuevo y principal destino costero de Newport, combinaba la historia y el ambiente de la región con la arquitectura y el diseño más vanguardistas. El estudio se encargó de crear un nuevo estilo de vida de lujo que permitiera el movimiento y la libertad, diseñando un hotel que refleja una mezcla de elegancia informal pero sofisticada. El diseño interior, sin embargo, refleja una mezcla distintiva de formas tradicionales y materiales modernos, donde la luz natural llena todos los espacios. Azulejos de mosaico de vidrio personalizado proporcionan un brillo ondulante en todo lo que refleja las vistas al agua. La carpintería de teca con incrustaciones de madera noble estampada, expresa la artesanía fina que se encontraría en los yates de la zona, como vemos por ejemplo en el bar, que cuenta con incrustaciones personalizadas que incorporan maderas exóticas dando la sensación de estar en un yate de lujo. En la primera planta del hotel se han instalado lámparas de araña que combinan elementos y acabados distintivos, como piedras semipreciosas, mármol, ónice y baldosas de vidrio platino, que confieren al hotel un aspecto moderno único. En el restaurantes, se han instalado paneles ondulantes del techo flotante del comedor crean un interesante efecto visual tanto de día como de noche. La biblioteca, siguiendo con los materiales de lujo utilizados en el hotel, se ha equipado con una chimenea de mármol, una espectacular araña de cristal negro y una mesa de billar de cuero.
En las habitaciones predomina la combinación de tres colores peltre, caqui y azul. La iluminación ha sido muy cuidada y personalizada, y las chimeneas privadas están rodeadas de
un mármol único que combina con los tonos de la habitación. Los toques minuciosos de diseño están en todas partes, desde las persianas, los armarios personalizados o las bañeras de hidromasaje. El exterior se revistió de tejas de cedro blanco, lo que le permite integrarse en la arquitectura tradicional del puerto de Newport. Un hotel en el que podemos encontrar piezas tan exclusivas como una escultura de 9 x 9 hecha a medida por Blott KerrWilson, o una sala de vinos personalizada de 2.500 botellas.