En Tabakalera House el diseño, la narrativa de un concepto,es fundamental para crear un hotel diferente con su identidad y personalidad condicionada por el edificio, una ciudad como Donosti y como se relaciona con ella. Este es siempre uno de los objetivos del estudio Alfaro Manrique Atelier, a la hora de encarar nuevos proyectos, el dotarlos de ese “alma” propia, en este caso mediante su actuación en él como arquitectos e interioristas, partiendo de un proyecto existente que por necesidades de la propiedad y concepto de la idea de proyecto diferente, se fue modificando durante la dirección de obra.
El estudio se encontró ante un gran contenedor industrial vacío, desnudo solo en su estructura, rehabilitado en cuanto formaba parte del edificio, en su piel exterior, pero con el interior en esqueleto. Junto con Arqui T equipo de aparejadores encargado de la dirección técnica de obra se consiguió un trabajo espectacular en un tiempo récord de siete meses para la apertura del hotel. En este caso era determinante desde un inicio el que el hotel fuera a estar situado en el edificio de Tabakalera, la antigua fábrica de Tabaco de Donostia que posteriormente fue rehabilitada y acondicionada como Centro Internacional de Cultura, con una intensa actividad en este sentido; que lo hacía perfecto para un nuevo One Shot. El carácter industrial y monumental del edificio y sus grandes alturas libres influyó definitivamente, de manera que el hotel pasa pues a ser herramienta constitutiva del conjunto del proyecto cultural; confrontación a lo local y punto de confluencia del entorno ensimismado ante el carácter industrial y monumental del edificio.
Este carácter industrial del “contenedor” condicionó el diseño de entrada, pero Alfaro-Manrique Atelier afrontó el proyecto con la intención marcada de no limitarse a una tendencia excesivamente estereotipada en esta línea, sino enriquecerla y depurarla con un enfoque más elegante, señorial, y ante todo sugerente desde el punto de vista artístico. Así, se incentivó esa sensación de gran contenedor de arte a llenar con el nuevo paisaje neo industrial que generaron. Todo esto determinó los materiales usados: primarios, naturales, con gran impacto visual, propios algunos de la edificación vista, como el hormigón visto o acabados en cemento pulido. Como contraste, aparece la riqueza de los revestimientos de maderas naturales diferentes, con texturas marcadas, que van alternando su presencia para dar la calidez necesaria en las grandes alturas que presenta el hotel. El juego de escalas que permite el edificio es básico para enfatizar las alturas libres, pero al mismo tiempo consigue que los usuarios se sientan cómodos, sin renunciar a los efectos sorpresa como la calle interior de primera planta con sus ventanas y sus farolas.
Esa búsqueda de calidez hace que aparezca un material fundamental en el interiorismo del proyecto, el cobre, que dota a los espacios de una luz cálida, de un aumento de temperatura espacial que baña las paredes con una luz diferente. Esta luz proviene de los tubos de cobre suspendidos desde el techo que arrojan luz, y desde los recercados de las ventanas revestidos con el mismo material. La gama de colores entre verdes aguamarinas, esmeraldas, azules petróleo con toques cálidos en mostaza o magentas en textiles y la riqueza de los textiles; terciopelos, chenillas, cueros naturales, buscan este aire envolvente y elegante, unidos al uso de maderas texturadas en la ejecución de un mobiliario diseñado expresamente para el hotel, persiguiendo esa idea de elementos únicos, casi artísticos que acentúen la sensación de estar durmiendo en una residencia museo. La iluminación, ha sido determinante para marcar estas sensaciones por lo que igualmente se apostó por piezas diferenciadas, especiales, diseñadas también en el estudio en su mayoría, con cristal o cerrajería negra, con ese mismo contrate que tiene el propio concepto del hotel, el elemento clásico y delicado del vidrio frente a la calidez del cobre y los elementos de más asociados a espacios industriales.
Los pasillos fueron concebidos como sitios expositivos y experienciales, donde las hornacinas se aprovechan para exposición de elementos artísticos de esa galería interior que mete la calle en el edificio, y revestidos con panelados de madera que generan un ritmo interior, dan calidez y marcan los retranqueos de las zonas de las puertas con recercados de cobre. Los fondos, revestidos con maderas más oscuras, consiguiendo el cuidado efecto envolvente buscado dentro de ese contenedor industrial.
Las zonas comunes son más radicales en cuanto al uso del material y la altura para destacar su bella sencillez, como los suelos de hormigón o el cubo de granito de la recepción, con una fina “lluvia de luz” escultórica que cae sobre la zona de recepción. El mueble de recepción está realizado en grandes superficies de granito, material que está muy presente en el edificio. El granito se combina con la madera y el cobre y ofrecen cierta presencia de nobleza.
Al pasar al lobby, Alfaro-Manrique Atelier quiso potenciar el efecto Wow de la galería de arte, con carácter doméstico al mismo tiempo, para que invitara a la contemplación y disfrute de las piezas. El espacio de la biblioteca busca ser un lugar de encuentro y de recuerdos (recuerdos de nuestra infancia, recuerdos de la literatura, de lugares y caras…) por esta razón la biblioteca reinterpreta un Tetris a la que sirven dos columpios. El gran sofá con “antorchas” de luz incorporadas como parte de la pieza, está diseñado por el estudio. Se convierte en un elemento decorativo más de toda la zona de biblioteca.
Las paredes y techo se han pintado en toda una paleta de grises diferentes que hacen que reverbere el espacio y combinan, dando protagonismo, a la cara de madera blanca con un globo de luz a modo de ojo. Madera y cobre son dos materiales que forman parte de todo el proyecto de interiorismo. El cobre nos acerca a ese imaginario de edificio industrial que era antiguamente y también lo utilizamos como material que da cierta calidez a la luz que refleja, muy importante por el clima de San Sebastián. Las maderas que se han utilizado en este ámbito y en el conjunto del hotel son de haya, nogal y roble. En conjunto ofrecen una paleta cromática más allá de la textura que nos aporta la madera junto con el granito negro abujardado usado en los baños.
Las piezas del mobiliario de las habitaciones en su mayoría están diseñadas por el estudio, excepto la butaca negra Platner, las sillas de estética industrial y acabados en cueros o tejidos cálidos. Las luminarias están fabricadas en consonancia con la estética industrial y en base a los diseños realizados por Alfaro Manrique Atelier, junto a las que se compraron, como las lámparas de pie tipo focos de cine de las suites o los focos industriales de los cabeceros. En las habitaciones con cama exenta y dosel que genera un conjunto mueble completo al nacer de el el conjunto de mesillas-escritorio-minibar.
En los baños y como continuación de esta estética industrial señorial, se ha usado como revestimiento el microcemento, que viene en el pavimento desde la entrada de la habitación para dar la vuelta y subir por las paredes de las zonas de entrada, para ya en las zonas húmedas aparecer cerámicas blancas, según la tipología de habitación variando el modelo o bien el Rhombus en habitaciones normales o el Fan Mosaic Scale en habitaciones Suite. La misma combinación de materiales pero con cerámicas en negro aparece en los baños comunes. En ellos vuelve a aparecer el cobre como elemento de instalación que recorre el baño, sirve de portarrollos, llega hasta el espejo abrazándolo y da luz al mismo. La encima es de granito negro, material muy presente en distintas tonalidades tanto en el proyecto como en el propio edificio, que hace destacar las griferías mates negras.
En el restaurante también se han usado esos mismos materiales, cobre tanto para configurar elementos de iluminación en el techo pintado de negro (sistema de tubos colgados similar a las habitaciones), volúmenes auxiliares de buffet o piezas de remate, jugando con cerrajería negra y diferentes maderas con texturas marcadas. Para acentuar el volumen del techo y marcar el fondo de la sala se han usado cerámicas negras vidriadas.