El principal reto en el momento de crear este boutique hotel de 33 habitaciones, fue según el estudio, crear un espacio en sintonía con la ciudad. Enmarcado en un espacio público clásico se intentó crear un ambiente intimista con una decoración contemporánea. El edificio es de nueva construcción aunque se respetó la fachada original en la Plaza de Guipuzcoa. El objetivo primordial en el proyecto fue hacer un hotel que no pareciese tal y crear un espacio como de casa. Para ello incluso el check-in se hace sentado en una butaca y sobre una mesa en vez de “de pie” tras un alto mostrador.
Todo el diseño del hotel está pensado para sorprender y dar confort en un ambiente sofisticado pero hogareño que harán al viajero sentirse como en casa. Otro punto a destacar en el proyecto es conseguir un diseño clásico contemporáneo lleno de contrastes. Se trata de crear una elegancia actual y fresca con motivos contemporáneos y reminiscencias de clásicos atemporales tanto en el mobiliario como en los acabados o el atrezzo. Se concibe como un sólo espacio, de estilo sobrio,elegante, con decoración contemporánea de aire neoclásico. Un lugar cosmopolita en el centro de la ciudad. Madera de roble en punta Hungría y mármol blanco estatuario crean un espacio bi-color, el más luminoso es donde se ubica el mostrador de check-in y es en el más cálido y recogido donde ubicamos la barra y restaurante. El espacio está separado por una celosía en bronce y cristal que tamiza la vista entre lobby y restaurante, pero no separa, siempre se buscó un “open space” donde interactúen los huéspedes y el público de la cuidad que viene al restaurante.
El acceso al hotel se encuentra bajo el soportal de la plaza de modo que hemos querido que el hotel empiece desde el exterior creando una terraza. Esta terraza se ha tratado como si fuera parte del lobby/restaurante, dotándola de mobiliario permanente de sofás y sillas, apostando por zonas de estar de exterior cubiertas de la intemperie donde tomar un coctel, esperar un ubber, o picar algo viendo la gente pasar.
El restaurante se ha querido que sea un punto de encuentro en la ciudad y se plantea como un espacio dinámico de gran barra y mesas altas para que el público se relacione y haga degustación de la gastronomía típica de la ciudad. En el centro del espacio resalta una antigua chimenea barroca de grandes dimensiones en mármol italiano del siglo XVIII recuperada de un antiguo caserón. Esta separa y da paso a un espacio con un lucernario que inunda de luz la vegetación, un lugar fresco y luminoso y que se puede utilizar siempre, aunque el tiempo no acompañe. El desayuno se sirve en un espacio que recrea un invernadero con un gran lucernario en el techo que gracias a la iluminación artificial podemos conseguir varias escenas y usar esta sala para otras actividades. En esta misma planta, se ubica el gimnasio.
Subiendo a habitaciones se ha creado la experiencia intimista y teatral por los corredores en tonos oscuros para que resalte el pequeño atrio donde se ha recreado una antigua fachada mediante un juego óptico de espejos y aprovechando las antiguas ventanas del edificio antes de su reforma. Se juega con el contraste que se crea cuando pasamos de un pasillo menos iluminado, donde los clientes se cruzan con intimidad, a una habitación luminosa en tonos muy claros de aspecto limpio sobrio y elegante. La habitación, se ha diseñado con detalles sutiles y elegantes, potenciando su verticalidad y utilizando madera en punta hungría y molduras en forma de boiseries que dan un toque sofisticado y muy parisino, juego radical de claro oscuros, blancos aportan luminosidad y negros que dan elegancia. Los espejos amplían el espacio y reflejan la luz, junto con el mármol estatuario en gran formato colocado con las vetas en forma de mariposa como se hacía en la arquitectura art decó. El mobiliario es de diseño a medida, de inspiración “Art Decó” y “mid century” a base de madera oscura y pletinas de metal, lacas alto brillo, cuero y detalles en metal.
Las paredes están enteladas y se han usado telas monocromáticas de tonos suaves y ricas en textura. La pieza más importante es el dosel que envuelve, no solo la cama, sino toda la habitación. Se trata de una gran estructura inspirada en las estructuras de las antiguas camas con dosel , esta pieza, enmarca el cabecero de la cama y el gran escritorio de 270 cm cómodo para dejar todo lo que uno trae en un viaje, y también ilumina de manera indirecta la habitación creando atmósfera por las noches.