El objetivo del proyecto era convertirse en un reclamo y restaurante de referencia en un barrio nuevo para la cadena. El local era antiguamente un bar que haba estado operando muchísimos años pero que había cerrado debido a la pandemia.
El local tiene forma de L y por esta estructura arquitectónica, se divide en dos zonas: la zona de barra y la sala. A pesar de que se renueva completamente el local, este va a mantener dicha zonificación.
Respondiendo a las necesidades del cliente, la zona de barra ocupa el 50% del local, tomando un lugar predominante, por su gran visibilidad desde la calle y por ser el corazón operativo del restaurante, ya que tiene el pase de platos frio y calientes, sale toda la bebida, y es también el punto de conexión con la terraza, (que es como la segunda sala).
El horno se ubica dentro de la cocina de forma que este pueda verse ya desde la calle y por supuesto también desde la entrada del local, mostrando al cliente en todo momento la calidad de sus procesos.
La sala se ordena buscando la mayor flexibilidad, usando mesas pequeñas de dos que se pueden unir unas a otras, y que junto al sistema de bancadas corridas, permiten montar mesas de grupos en pocos minutos, buscando una mayor rotación.
El concepto y los materiales: el cliente quería transmitir contemporaneidad en las formas de trabajar pero tradición y calidad en la forma de cocinar, por eso el proyecto es un constante ir y venir entre tradición y contemporaneidad, entre la sabiduría de la tradición y el destilado del tiempo.
Por ello se han utilizado materiales y formas que juegan a esto: Arcadas que se limpian hasta reducirse al mínimo, formas curvas que favorecen la circulación y suavizan los elementos arquitectónicos.
Materiales nobles que sólo buscan expresar esa nobleza:
Mármol rojo alicante (material súper tradicional) utilizado en masa en la barra sin artificios, dejando que su beta y su color se expresen y se fundan con el terrazo palladiana del suelo que es un material tradicionalmente italiano, que en este caso se ha utilizado con piezas grandes de diferentes mármoles que dan un toque gráfico al espacio y lo convierte en el gran protagonista.
El último material es el color, que invade todo el espacio, nos fa uniformidad, oscuridad, elegancia, pero sobre todo imagen de marca, ya que es el azul de Oven. Y lo hace mediante el color homogéneo y mate de la pintura mientras juega con el brillo del azulejo que le da textura y ritmo y que fue fabricado expresamente para el proyecto en el color de la marca.