Por Gala Mora
Un recorrido inmersivo que va de la fábrica a la plaza
La experiencia de Plaza Mahou comienza mucho antes de llegar a su espacio central. Un túnel inmersivo recibe a los visitantes con proyecciones digitales y vistas a la sala de tanques, una instalación donde los barriles de cerveza adquieren un protagonismo escenográfico gracias a un sistema de iluminación que alterna entre revelar y ocultar su contenido. Esta antesala introduce a los visitantes en el universo cervecero de Mahou antes de acceder al espacio principal.

En el corazón del proyecto, una barra de 28 metros de longitud atraviesa el restaurante y se erige como el eje vertebrador de la experiencia social. Revestida en cerámica ilustrada a mano, su diseño rinde homenaje a la vida urbana de Madrid y ha sido concebido en colaboración con los artistas españoles Los Bravú. El acabado cerámico, además de aportar textura y profundidad visual, refuerza la conexión con el lenguaje arquitectónico tradicional de la ciudad. Enmarcando la barra, una moldura en rojo Mahou impresa en 3D aporta un llamativo acento y distintivo, mientras que los grifos de cerveza, diseñados en exclusiva para este espacio, evocan la silueta de la letra “M” de la marca mediante tres tubos entrelazados.

Movimiento y matices cromáticos
Frente a la barra, una mesa metálica de siete metros simula un tanque de cerveza cortado por la mitad. Su superficie, impresa en 3D con un acabado en resina ámbar, reproduce el movimiento y los matices cromáticos de la cerveza, generando un efecto visual que refuerza el concepto del proyecto. Este tipo de detalles, en los que la materialidad se convierte en parte de la narrativa espacial, es una constante en el diseño de Plaza Mahou.

La relación entre el espacio interior y la terraza cubierta se refuerza a través de una serie de vitrinas de acero inoxidable, diseñadas para exhibir los productos de la marca. Estas estructuras reinterpretan los tanques de almacenamiento de cerveza, envolviendo los pilares del restaurante y enmarcando las vistas hacia el exterior, en concreto al campo de fútbol.

Materialidad y elementos distintivos
El proyecto desarrollado por External Reference se apoya en un concepto arquitectónico sólido y una exploración de materiales. En el suelo, la propuesta combina dos elementos clave: un pavimento continuo donde se han embebido latas de cerveza, formando una composición que reconstruye el logo de Mahou, y un diseño que evoca los adoquines de hormigón característicos de las plazas madrileñas. Esta solución genera un juego visual que refuerza la identidad del espacio sin recurrir a ornamentos innecesarios.

La iluminación ha sido tratada como un elemento estructural dentro del diseño. Inspirándose en los conductos por donde fluye la cerveza, lámparas tubulares de vidrio ámbar recorren el techo, generando un efecto envolvente que potencia la calidez del ambiente. El uso de luz indirecta enfatiza los volúmenes y refuerza la percepción del espacio. A su vez, el mobiliario ha sido concebido en su totalidad como parte del diseño arquitectónico. Los taburetes, elaborados a partir de barriles de cerveza reciclados, incorporan un reposapiés fabricado con un anillo metálico y un cojín de mayor diámetro, maximizando la comodidad sin perder el guiño conceptual. Por su parte, las mesas, inspiradas en los tanques industriales de fermentación, refuerzan el lenguaje industrial del proyecto.

Espacios singulares dentro de la plaza
Plaza Mahou no es un único ambiente, sino un conjunto de espacios diferenciados que ofrecen experiencias complementarias. En el área Tapster, un entorno monocromático en rojo Mahou, revestido íntegramente con baldosas cerámicas diseñadas en exclusiva para la marca, el usuario aprende a tirar la cerveza perfecta a través de un sistema digital informativo integrado en una gran estructura escultórica de acero inoxidable.

El lounge VIP, delimitado por cortinas ajustables que permiten modular su privacidad, apuesta por un mobiliario diseñado a medida. Los sofás modulares, fabricados en fundición de aluminio, incorporan tapas de barriles en los laterales, mientras que las mesas de acero inoxidable, con formas inspiradas en los tanques de almacenamiento, refuerzan el carácter industrial del espacio.

El recorrido culmina en la terraza cubierta, un área de 450 metros cuadrados con vistas directas al campo de juego del Santiago Bernabéu. Su diseño mantiene el equilibrio entre la funcionalidad y la identidad visual del proyecto, con mesas redondas en color ámbar que evocan la fluidez de la cerveza y pilares de hormigón que refuerzan el carácter estructural del espacio. Madrid y Mahou siempre de la mano.