COLIMA 71

Ubicado en el corazón de la colonia Roma, Colima 71 es un hotel boutique que encapsula la esencia del diseño contemporáneo en un edificio con historia

En el corazón de la Roma, México, el hotel Colima 71 redefine la hospitalidad boutique con un diseño cálido y envolvente, donde la arquitectura, el arte y el interiorismo crean una experiencia única.

Este proyecto, una transformación arquitectónica de un espacio que en su momento fue una escuela, es el resultado de la colaboración entre Taller TAX, a cargo de la arquitectura, y NOMAH, responsable del interiorismo y diseño de mobiliario

Por Gala Mora

La propuesta de Colima 71 responde a un concepto donde la arquitectura, el interiorismo y el arte convergen para crear un espacio acogedor, elegante y funcional, pensado tanto para estancias cortas como largas. Con 16 habitaciones y diversas áreas comunes diseñadas para la interacción y el descanso, el hotel logra una integración sutil entre el espíritu cosmopolita de la ciudad y una atmósfera de serenidad que invita a la desconexión.

Rincón de las zonas comunes del hotel

Reinterpretando la arquitectura existente

La intervención de Taller TAX partió de una premisa clara: respetar la estructura original del edificio mientras se optimizaban sus espacios para convertirlo en un hotel de diseño. Uno de los principales retos fue la subdivisión del inmueble en estudios habitacionales, asegurando que cada habitación contara con vistas atractivas, bien sea hacia la fachada principal o hacia la parte posterior del edificio.

Habitación con un gran ventanal

Se conservaron ciertos elementos industriales del inmueble, incorporando soluciones arquitectónicas que acentuaran la sensación de amplitud y luminosidad. Los pasillos y áreas de transición fueron diseñados con una paleta de materiales que remiten a la calidez y la sobriedad, combinando el uso de la madera clara con detalles en piedra y acentos en negro, una constante en todo el proyecto. El resultado es una estructura donde lo rústico y lo sofisticado coexisten, con una estética que refuerza la idea de atemporalidad y conexión con la ciudad.

La combinación de madera y piedra es una constante en el proyecto

Un interiorismo cálido y envolvente

El diseño de interiores de Colima 71, a cargo de NOMAH, se centra en crear una sensación de hogar contemporáneo, donde cada detalle contribuye a una experiencia sensorial que va más allá de la estética. Así, encontramos que el hotel se define por una paleta de colores neutros, donde predominan los tonos tierra, beiges y grises suaves, complementados con texturas naturales como la madera, el terrazo y textiles de fibras orgánicas. La intención es ofrecer un ambiente sereno, donde los huéspedes puedan sentirse cómodos y en armonía con el entorno.

Los acabados en madera clara revisten paredes y mobiliario, generando una sensación envolvente y cálida. Este material, trabajado con un tratamiento que potencia su veta natural, se combina con elementos de piedra y metal en tonos oscuros, logrando un equilibrio entre lo cálido y lo sobrio. Los muros, cubiertos con textura de pasta, refuerzan la sensación artesanal y aportan un carácter matérico que dialoga con los elementos contemporáneos. Además, se han integrado piezas de barro mexicano y de arte curados específicamente para el hotel, estableciendo una conexión con la identidad cultural del país.

Habitación con acabados curvos y materiales naturales

¿Habitaciones o refugios de calma?

Cada una de las 16 habitaciones de Colima 71 ha sido diseñada con un enfoque de mínima intervención y máxima experiencia sensorial. La idea es que los huéspedes encuentren en ellas un lugar de descanso que se sienta tanto íntimo como sofisticado. El mobiliario, diseñado a medida por NOMAH, apuesta por líneas curvas y materiales naturales, generando espacios envolventes y orgánicos. Los asientos de bejuco y madera contrastan con luminarias de diseño exclusivo, mientras que los textiles en lino y lana aportan una suavidad que invita al descanso.

Los baños han sido concebidos como pequeñas cápsulas de bienestar, con azulejos de terrazo hecho a mano, iluminación tenue y accesorios en acabado titanio. La combinación de materiales y tonalidades refuerza la atmósfera de lujo discreto, donde la textura y la luz juegan un papel fundamental. Además, cada habitación cuenta con terrazas privadas, permitiendo una integración fluida entre interior y exterior.

Detalle de la ventana y del baño de una habitación

Entre lo íntimo y lo social

El lobby y las áreas comunes han sido concebidos como espacios de interacción y contemplación. En ellas, el arte tiene un rol central, con una curaduría a cargo de Ana Ongay y Daniela Zárate, de Art Liaisons, quienes han seleccionado piezas que dialogan con la arquitectura y el interiorismo. Las obras de arte, en su mayoría de artistas mexicanos, han sido dispuestas en lugares estratégicos, de modo que se descubren a medida que se recorren los espacios. Este enfoque convierte a Colima 71 en una galería viva que se transforma con la luz y la percepción de cada visitante.

Detalles de zonas comunes del hotel

El mobiliario en estas zonas juega con contrastes. Sillones aterciopelados en tonos verde oliva y mesas de mármol aportan sofisticación, mientras que los elementos en madera y metal en negro generan una base neutra que deja protagonismo a la luz y la textura. La cocina y área de desayuno mantienen el mismo lenguaje de diseño, con una barra de mármol oscuro, iluminación tenue y detalles en madera clara. Este espacio, aunque funcional, mantiene la esencia de todo el proyecto: una estética que abraza al visitante y lo hace sentir en casa.

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