Por Manel Escacena-Chica
El edificio en el que se encuentra Casa Clarita perteneció originalmente a una familia de artesanos del cristal. Como en muchos negocios tradicionales regentados por familias, en la planta baja se hallaban la tienda y el taller en su parte posterior, mientras que los pisos superiores se empleaban como vivienda. Hayon ha sabido conservar toda la esencia de la preciada artesanía de esta joya arquitectónica en su proceso de renovación, para convertirla en un exquisito hotel boutique en el que ha cuidado cada uno de los detalles logrando una atmósfera donde conviven hogar, patrimonio y diseño.
Casa Clarita ha permitido al diseñador trazar un recorrido de formas, prismas, texturas y planos, en el que podemos reconocer su sello más personal. A través de sus interiores, el usuario puede experimentar un sinfín de sensaciones que no dejarán indiferente, siendo partícipe del espíritu de la ciudad que viene siendo el centro de operaciones de Hayon desde hace tiempo.
En el marco de su singularidad, los 10 apartamentos y 12 habitaciones que conforman la oferta de este bello hotel han sido diseñados de manera totalmente personalizada y única, por lo que cada visita supone un nuevo descubrimiento a través de sus inesperados rincones. Una cuidada selección de mobiliario de diseño junto a objetos escogidos con mucha dedicación y pensados para cada uno de los lugares donde han sido instalados. El buen hacer de Jaime Hayon ha sido clave para dotar a todo el espacio de una atmósfera mágica, para nada común pero sobre todo, cercana. Este espíritu de cercanía se ve también reflejado en la oferta de minibar que los visitantes encuentran en sus habitaciones, formada por productos locales y de proximidad. El contacto con la ciudad más auténtica se logra a través del cuidado de cada uno de los sentidos.
Diseños personalizados, elementos decorativos vintage junto a selectas piezas de arte equilibran este enclave de fantasía y elegancia. Una paleta de colores nítidos y contemporáneos se acoplan con las bellas formas escultóricas. Cada detalle pone de manifiesto el cariño y empeño con el que Jaime Hayon ha diseñado este dinámico hotel. Llamativas figuras azules pintadas en las paredes recorren la escalera, formas que se repiten a través de puertas, arcadas, serigrafías, cristales… Suelos de mosaico, color, y cabeceras personalizadas sobre cada cama.
Los apartamentos son acogedores y destilan pura elegancia. Repletos de detalles, color y formas abrazan al viajero más exigente a través de acabados y materiales de altísima calidad. El visitante se encuentra en un ambiente tan acogedor como el de su propio hogar, con la misma calidad de un hotel de 5 estrellas y con las más innovadoras comodidades. Sin lugar a dudas, Casa Clarita es sinónimo de una experiencia sublime, marcada por el lujo y su carismática decoración.
Un lugar donde descubrir el histórico testigo de la maravillosa ciudad de Valencia donde cada rincón nos aventura a diferentes escenarios. El mejor modo de conectar con la tradición, autenticidad, y a la vez el diseño más actual de esta bella ciudad guiado por la experta mano y ojo de Hayon.
La Seu es el barrio más antiguo de la ciudad. En pleno centro histórico, y a lo largo de los años y de los siglos, sus calles han vivido todo tipo de momentos. Fue el corazón de la romana y primitiva Valentia, y también fue el centro durante la época musulmana de Valencia. Sus calles empedradas y laberínticas, que heredan el testigo musulmán, sus placitas y típicos edificios de estilo valenciano, con balcones de hierro forjado y puertas y ventanas de madera, están repletos de patrimonio histórico y vida. Jaime Hayon ha sabido sin duda recoger toda esa tradición de la manera más respetuosa para convertirnos en cómplices de su creatividad y energía.