Por Gala Mora
El hotel, situado en el corazón de Venecia, destaca no solo por su ubicación privilegiada entre San Marcos y el Puente de la Academia, sino también por su rica historia. Este palacio del siglo XVI fue originalmente construido por Nicolò da Ponte, el 87º dux de la República de Venecia, como una muestra de su poder y riqueza. Ahora, bajo la dirección de Teresa Sapey + Partners, ha sido transformado en un lujoso complejo de apartamentos turísticos que combina la modernidad con el encanto histórico veneciano.
El reto de una transformación
El principal desafío de este proyecto fue intervenir en un edificio histórico sin perder su identidad. Teresa Sapey describe este proceso como “un diálogo estimulante entre pasado y presente, entre Italia y España”. La meta era crear un ambiente contemporáneo que respetara y reflejara la historia del inmueble. Sapey y su equipo lograron esto mediante la incorporación de elementos de diseño que celebran la herencia veneciana mientras introducen comodidades modernas.
Para conseguir esta integración, el diseño se centró en mantener las características arquitectónicas originales del palacio, como los altos techos de seis metros en las plantas nobles y los frescos y estucos en las alcobas. Estas estancias, decoradas tradicionalmente con motivos florales, ahora albergan elementos de diseño contemporáneo que añaden un toque de modernidad sin sacrificar la autenticidad histórica.
Una entrada con intención
Nada más entrar, en el lobby encontramos la instalación ‘Contornos del agua’, diseñada por Teresa Sapey para el Madrid Design Festival 2023. Esta instalación utiliza formas fluidas y materiales reflectantes para crear una experiencia sensorial única, evocando la esencia del agua y su relación con el espacio.
El concepto de “jardines secretos”
Cuando nos adentramos en el hotel, percibíos que el diseño interior está inspirado en la idea de los ‘jardines secretos’ de Venecia. Cada uno de los 16 apartamentos y las zonas comunes, como el lobby, la recepción y el despacho, ha sido decorado con una paleta cromática que evoca la serenidad y el misterio de estos jardines. Los acabados incluyen terrazos originales preservados, complementados con magnesite, una variante contemporánea del terrazo, y resina de colores pastel típica de la región. En los baños, se han utilizado cerámicos que imitan el mármol, aportando un toque de lujo y sofisticación.
El mobiliario juega un papel crucial en esta narrativa de diseño. Teresa Sapey diseñó varios elementos exclusivos para el proyecto, como el puf flor, los cabeceros y las alfombras. El puf flor, con sus pétalos cambiantes y colores variados, es el protagonista de cada apartamento, diseñado para crear un momento ‘wow’ y llenar de identidad cada espacio. Los cabeceros, en cuatro tipologías diferentes, van desde un moderno baldaquín que evoca la esencia de Venecia hasta opciones más minimalistas para las alcobas decoradas con frescos.
Detalles únicos y personalizados
Las alfombras, hechas a medida en cuatro tonalidades diferentes (verdes, rosas, azules y mostazas), están inspiradas en motivos florales y en el pasado arquitectónico de Venecia, especialmente en los terrazos de Carlo Scarpa. Las cortinas, diseñadas con tres franjas horizontales de colores y tejidos distintos, rompen con las simetrías tradicionales y añaden un toque de modernidad. Las cocinas, aunque tienen un diseño tipo, se personalizan en cada apartamento según su gama cromática, convirtiéndose en elementos decorativos por derecho propio.
Los armarios, con tres tipologías de diseño, incluyen versiones con estampas de vistas de Venecia y gamas de colores personalizadas para cada habitación. Además, se ha diseñado un panel retroiluminado que rinde homenaje a Nicolò da Ponte, el dux original, incorporando un elemento histórico significativo en el diseño contemporáneo.
