Por Gala Mora
Ahora, gracias a la visión de Stratis Batayas, un visionario que pasaba sus veranos de la infancia en la zona, el Hotel Manna ha renacido como un santuario moderno gracias al trabajo magistral de los estudios de arquitectura K-Studio e interiorismo Monogon. Este proyecto no solo restaura un edificio histórico, sino que redefine los conceptos de hospitalidad, bienestar y retiro en un contexto contemporáneo.
Buscando realzar el patrimonio monumental
Los arquitectos de K-Studio han llevado a cabo intervenciones quirúrgicas para resaltar el patrimonio monumental del edificio, manteniendo su identidad original mientras proyectan una visión contemporánea. Colaborando estrechamente con autoridades arqueológicas, han rastreado las intenciones originales y reconstruido elementos morfológicos ausentes para allanar el camino hacia el futuro sin cargar con el peso del pasado.
El Hotel Manna busca ser un santuario de montaña con términos contemporáneos, ofreciendo a los huéspedes aislamiento, comunidad y participación en actividades diarias. La estructura principal del Manna se extiende en un eje horizontal, dividida en dos alas paralelas. K-Studio aprovechó la oportunidad de renegociar los puntos de acceso del hotel, añadiendo una entrada principal al lado y extendiendo su funcionalidad a una estructura auxiliar. Este enfoque permite albergar las 32 habitaciones requeridas sin comprometer la integridad del edificio principal.
Un bar de estilo botica
Al llegar, los huéspedes son recibidos en el área de bienvenida, un espacio acogedor donde se ofrecen delicias locales y una bebida caliente junto a una robusta chimenea. La sala de estar, con su bar de estilo botica, hace referencia al pasado curativo de la propiedad, creando un sentido de comunidad donde las actividades fluyen de manera orgánica. La cocina abierta en el nivel inferior invita a los huéspedes a participar en la preparación de las comidas que se sirven en el restaurante, extendiéndose incluso a áreas al aire libre cuando el clima lo permite.
Dentro de las habitaciones, una rejilla de madera tratada se refleja en los patrones del suelo de terrazo y mármol, organizando y definiendo subáreas de sueño, baño y vestimenta. Los detalles metálicos y las telas suaves agregan capas de confort, manteniendo la honestidad y exposición de la identidad del lugar. La paleta de materiales se reinventa sutilmente, desde la estructura hasta cada pequeño detalle, destacando la estructura de concreto aplicado en las losas y la piedra local en las áreas más bajas.
Materiales y acabados naturales
La restauración meticulosa también se refleja en la elección de materiales naturales y acabados, minimizando la huella del edificio y utilizando elementos originales recuperados. La participación de artesanos locales en todas las fases de construcción, desde trabajos en piedra hasta ebanistería, destaca la conexión con la identidad del lugar.
La fusión de amplios espacios comunes con áreas más privadas permite tanto la apertura a la comunidad como la introspección, todo ello enmarcado por el bosque circundante. K-Studio y Monogon han logrado que el Hotel Manna sea un santuario atemporal, donde perderse es encontrarse a uno mismo, tejiendo un relato de renovación que honra el pasado, da nueva vida al presente y asegura un futuro sostenible para el Hotel Manna en las majestuosas tierras del Peloponeso.