Situado en la ciudad china de Shanghái, el bar brasileño Barraco es un espacio único que recrea la atmósfera informal, desordenada y colorida típica de las ciudades tropicales. Los tonos neutros del hormigón, la grava blanca del suelo y la madera crean el fondo del caos controlado que se proyecta hacia la calle, formado por plantas, luces y columpios colgantes.
En el proceso de construcción, se diseñó una rejilla con pendientes y se añadieron materiales reutilizados como puertas y ventanas, así como objetos recuperados de edificios demolidos. Cada uno de estos elementos se colocó cuidadosamente para ayudar a crear el ambiente informal que caracteriza el espacio. El estudio aportó un aire informal desde el inicio del proceso de construcción, diseñando una estructura de rejilla en pendiente, y decidiendo allí mismo como instalar cada uno de los paneles colgantes, puertas y ventanas, una a una, después de haberlas seleccionado de edificios demolidos de las afueras de Shanghai. El techo de la terraza fue diseñado para que, cuando el local cierra, el ultimo segmento se pueda deslizar y cerrarse, convirtiéndose en un fondo sólido de madera para el colorido logotipo de hormigón, que está situado justo en la entrada.
La doble naturaleza de los materiales y de las texturas del local refleja una doble forma de uso, creando dos espacios: el bar interior, más tranquilo y discretamente iluminado, que proporciona un refugio para tomarse un café por la tarde; y el bar exterior, que se convierte en un espacio más de la actividad nocturna de las calles de Shanghái. Las zonas para sentarse están distribuidas igual: un conjunto de taburetes bajos y sillas de playa móviles en el exterior, además de los columpios que rodean la barra; y unos cómodos sillones y taburetes altos en el interior, que rodean unas mesas colgantes que se pueden esconder para proporcionar más espacio durante las fiestas o eventos más grandes.