El reto para el estudio era diseñar un edificio haciendo homenaje al patrimonio de las artes escénicas de Filadelfia. Se trata de un edificio impresionante que combina elementos modernos y tradicionales de la arquitectura, con una fachada que es una expresión de la riqueza histórica de la ciudad y cuenta con una variedad de detalles que hacen referencia a los edificios emblemáticos de Broad Street. Los marcos verticales utilizados en la fachada no solo crean una sombra y profundidad, sino que también hacen referencia a los patrones de las ondas sonoras de la música, una clara muestra de que la música es una fuente de inspiración en todo el hotel.
En el interior, el hotel cuenta con un diseño elegante y moderno con un toque de sofisticación. Los tonos menta y verde azulado, el uso de latón, los detalles de cuero cosido y elementos de iluminación reciclados, son algunos de los detalles que se pueden encontrar en todo el hotel, creando una atmósfera cálida y acogedora. El diseño de los espacios sociales y las habitaciones de huéspedes está influenciado por la herencia musical de Filadelfia. Se pueden encontrar gráficos de las ondas sonoras incorporados en los patrones y motivos de todo el hotel, lo que crea una paleta rica en colores y texturas. Las escaleras, que están inspiradas en una partitura musical convirtiéndola en una obra de arte, cuentan con paneles perforados en forma de notas que se extienden a lo largo de la barandilla. Un enfoque sostenible para la decoración del hotel, incorporando instrumentos de música reciclados en todo el edificio. En el bar del hotel, el estudio ha utilizado tamborines y platillos reciclados, también trompetas para crear una lámpara de araña.
En resumen, el diseño es un homenaje al patrimonio musical de la ciudad y combina elementos modernos con detalles históricos para crear una experiencia única. Es un lugar donde la música y la cultura se encuentran.