El principal reto a la hora de crear este nuevo espacio en la ciudad de Buenos Aires fue conseguir un ambiente modesto y acogedor que reflejara la esencia de la pluralidad del lugar, resaltando su atmósfera y sus detalles. Así, el restaurante pretende convertirse en un punto de encuentro de referencia ofreciendo tanto ambientes diurnos (cafetería) como nocturnos (coctelería), transformándose a lo largo del día y ofreciendo distintos paisajes a medida que pasan las horas.
El concepto diseñado por Estudio Montevideo se basa en estilos de vida versátiles, “cool” y ejecutivos con una fuerte personalidad, y su objetivo es transmitir energía y vitalidad. Para ello, el lugar se vale del uso de materiales como madera, piedra y acero, que convierten Che Mono en un espacio acogedor y confortable. Además, la iluminación regulable se integra de manera consciente para poder adaptarse a cada momento del día. El restaurante se divide en dos áreas, la cafetería y la coctelería, lo que le permite abarcar todos los horarios, y su distribución permite acceder de un espacio a otro de manera fluida y natural. Che Mono se reinventa constantemente, ofreciendo un espacio relajado y atractivo que invita a disfrutar de un almuerzo gourmet y una buena lectura, pero también se transforma en un mundo nocturno donde se pueden degustar especialidades gastronómicas, disfrutar de buena música y cocteles de autor.
El mobiliario persigue la comodidad del usuario, valiéndose de asientos y mesas de distintos tipos que se adaptan a cada situación. Al mismo tiempo se ha prestado especial atención a la iluminación, utilizando luces cálidas y regulables que crean una atmósfera acogedora y adaptable a cada momento del día. Se incorporan detalles decorativos discretos que aportan personalidad al espacio, sin exagerar con elementos llamativos.