La inspiración del estudio en la búsqueda de un tema recurrente para poder abordar el interiorismo del hotel fue el entorno marino que propone Cádiz. Mar, arena y velas, siempre presentes en la cotidianidad de los gaditanos. Por todo ello se han considerado los colores grises dentro del tono visón que nos recuerde a las arenas, las dunas, la playa… También el azul, con un tono situado entre el ultramar y turquesa buscando el encuentro del mediterráneo con el atlántico y su viento. El color gris tierra oscuro de las rocas siempre presente en el litoral gaditano, junto con el verde, color predominante de la flora marina. Con esta gama de colores se logra un lugar sobrio, elegante pero a la vez acogedor, dentro de un entorno que nos deje marcado un suave sabor a mar.
Además, como si de una actuación performática se tratara, el carnaval de Cadiz entraría en el hotel de un modo sigiloso pero con garbo, salpicando el espacio del hotel tal como lo salpica en las calles de Cadiz.