Inspirados en la arquitectura propia de esta zona de la Costa Brava, el racionalismo catalán, el estudio Lagranja ha remodelado este hotel haciendo que el moderno y compacto edificio diseñado por el arquitecto Carlos Ferrater sea también acogedor, cómodo y atemporal.
En plena Costa Brava, el hotel cuenta con unas vistas privilegiadas al mar Mediterráneo y a las colinas de los dos campos de golf. Las zonas de uso común del hotel, se abren al exterior, generando una circulación fluida, sin perder la sensación de intimidad.
La zona pública está organizada en dos niveles, y alberga la recepción, bar, las instalaciones para el desayuno y el salón. Estos espacios se organizan a través de elementos de gran tamaño, como una chimenea o plantas en grandes maceteros. De esta manera se han creado espacios más íntimos que dan pie a la conversación o la socialización.
El estudio Lagranja ha trabajado con materiales tradicionales, trabajados por artesanos de la región. Encontramos elementos de barro, paredes alicatadas, pantallas de lámparas en forma de cesta, o incluso la propia barra del bar.
Se han utilizado tejidos textiles en los soportes de las mesas modulares, alfombras naturales, y elementos de cestería con los que el estudio ha creado sencillas lámparas colgantes o de pie que emiten una luz suave.
El uso de la madera natural y de formas orgánicas suaves, hacen que la decoración sea reconfortante, junto con el uso de colores turquesas, grises y verdes tenues. El resultado es la fusión del estilo racionalista del edificio con un ambiente mediterráneo moderno.