Un hotel emblemático de Barcelona, enclavado en una de las calles con mayor afluencia. Luzio Studio planificó un diseño sofisticado, pero con un punto de modernidad. Un hotel como sus huéspedes; joven, del mundo, acostumbrado a viajar, con ganas de encontrarse como en casa. El equipo realizó un diseño integral del hotel manteniendo la esencia histórica del edificio y, a su vez agregando acabados contemporáneos. Como requisito general se elevó la clasificación de categoría de 3 estrellas al confort de 4 estrellas.
Frescura, fusión y la actualización del estilo clásico han sido los pilares del proyecto. Luzio ha apostado por mantener elementos del edificio que reflejan su esencia histórica: la fachada; la escalera, con su cenefa y barandilla de hierro; las puertas, descriptivas de las fincas del Eixample barcelonés, así como las bóvedas de carga descubiertas sobre los techos.
En las habitaciones menaba la búsqueda de un respiro de sobriedad y elegancia. Toques de latón para darle calidez y sofisticación. Un cabecero con fuerza hecho en azul índigo y tachuelas. En cuanto a texturas, se ha jugado con combinaciones textiles que buscan contraste, tales como: el algodón lavado, el terciopelo más clásico, maderas nobles, piel y hasta el azul jean. En las habitaciones, el blanco es el protagonista, dotando a las estancias de una gran frescura y junto a los suelos de madera en espiga.