El Parador de Jaén se encuentra sobre un cerro a 800 metros de la ciudad de Jaén, junto al Castillo de Santa Catalina. El edificio original fue diseñado por el arquitecto José Luis Picardo en 1965, construido sobre los restos de los dos conjuntos arqueológicos más antiguos, el alcázar árabe o castillo viejo y el alcázar Abrehuí. Su ubicación y emplazamiento en el punto más alto de la ciudad, asegura unas vistas magnificas del valle.
El proyecto ha sido todo un reto para el estudio: debían reformar en su totalidad las zonas comunes y las 45 habitaciones, teniendo en cuenta la arquitectura rotunda de los espacios. La estrategia principal ha sido mantener la esencia de la marca Paradores de Turismo, combinando la decoración atemporal con las necesidades del cliente actual. Para conservar la cultura y la tradición de la zona, se han utilizado elementos decorativos de alta calidad y una cuidada iluminación que resalta los detalles de la decoración y la arquitectura.
Para este tipo de proyecto, CIDON siempre se apoya en sus colaboradores de confianza, que son expertos en el tratamiento, restauración y construcción de piezas especiales de mobiliario, así como fabricantes y artesanos locales.
La decoración ha sido restaurada y puesta en valor. El interior está decorado con elementos originales de distintas épocas, propiedad de Paradores, para preservar los valores de la marca. La combinación de los objetos restaurados con el nuevo mobiliario y elementos de alta calidad con una estética elegante, armonizan de manera perfecta. El cliente asiste a un memorable viaje que concilia aquella época pasada con la actual.
La iluminación ha sido un elemento clave para destacar la arquitectura y las piezas artísticas de gran calidad que pasaban desapercibidas. Se ha iluminado adecuadamente todas las zonas comunes con el objetivo de destacar los artesonados, bóvedas, tapices, blasones, etc. Estos elementos arquitectónicos no recibían la atención que merecían por parte de los clientes, debido a su elevada altura. La anterior iluminación daba un aspecto frío y oscuro que se han resuelto aportando calidez, armonía y bienestar con elementos singulares diseñados expresamente para estos espacios.
Uno de los espacios más destacados es el Salón Cúpula con una altura de suelo a techo superior a los 11 metros. La estancia está coronada por una majestuosa bóveda de arista, con dos grandes chimeneas enfrentadas y una preciosa zona ventanal con unas contraventanas de madera. Este salón es un espacio multifuncional donde se realizan numerosos eventos, que frecuentan tanto los clientes como los locales. También, es el nexo de unión entre la cafetería y los salones-restaurantes, Condestable y Lonja. Por tanto, es un punto clave por sí solo, y entre diferentes espacios.
Los muebles elegidos son elegantes y modernos con diferentes tonos grisáceos que se fusionan entre sí. El mobiliario para sentarse es muy variado, con distintas tipologías, riqueza de materiales y textiles de la más alta calidad. Su punto fuerte es la comodidad y su funcionalidad, ya que se puede reubicar según las necesidades. Las zonas de asiento se complementan con alfombras realizadas a medida que proporcionan calidez y confort, con elegantes y prácticas mesas en metal y mármol.
Para redondear la decoración del espacio, el equipo de CIDON ha diseñado específicamente varios elementos como el templete con asientos a su alrededor en el centro del salón, y la jardinera con vegetación que aporta frescor y que se ubica entre la bancada y las contraventanas. Los lados de las chimeneas se han decorado con leñeras y expositores de cerámica para aprovechar el vacío dejado por la maquinaria de climatización. Otro detalle importante que distrae la vista de las toberas del techo, es la espaldera con retro iluminación y hermosas telas, colocadas a modo de los antiguos telares.
Las habitaciones, completamente reformadas, son espaciosas y se abren hacia la terraza con impresionantes panorámicas de la ciudad. La luz natural penetra por el gran ventanal que ilumina el mobiliario de la habitación de tonos marrones y blancos. Las habitaciones cuentan con todas las comodidades necesarias, y siguen la estética un tanto austera característica de un castillo medieval. Los dormitorios grandes constan de camas con dosel, una chimenea de piedra, escritorio, sofá, una mesa y sillones de descanso, y un mobiliario complementario para el balcón con mesa y sillas.
Todos los detalles hacen que el espacio sea más rico, amplio y majestuoso. La perfecta distribución y los acabados de mucha calidad de los distintos elementos que componen las diferentes habitaciones y las salas comunes, combinan con armonía y proporciona al cliente una sensación de calidez, paz y tranquilidad.