Porque el nuevo Four Seasons que trabajó BAMO era un compendio de edificios históricos de la capital a los que había que cuidar, tratar e integrar. “Desde el principio tuvimos que entregarnos al proyecto y la historia de los edificios, abrazando las sorpresas y matices que se presentaban a cada paso”, cuenta el director de BAMO, Steve Henry. “Respondiendo y respetando el pasado, la actitud fue simplemente encontrar alegría y entusiasmo a la hora de crear formas de incorporar estos descubrimientos únicos en el diseño “.
Situado en el Centro Canalejas de Madrid, el Hotel Four Seasons es un “vínculo exquisito entre pasado y presente”, un símbolo de una ciudad que se adapta continuamente al paso del tiempo, con la historia bellamente ligada a la actualidad. Al revivir este destino histórico, siete edificios (que datan del siglo XIX hasta la década de 1940) han sido cuidadosamente restaurados y conectados para crear una identidad común y al mismo tiempo preservar los variados estilos arquitectónicos. El Palacio de La Equitativa, diseñado por José Grases Riera, con su espectacular rotonda, reloj y campana, ha sido un hito familiar para los madrileños durante más de un siglo y ahora alberga la mayor parte del hotel. “El edificio estaba completamente hueco a excepción de la fachada y la estructura inicial. Se catalogaron y restauraron más de 16.000 elementos históricos, con aproximadamente 3.700 incorporados al diseño”.
“El criterio que rige el proyecto fue respetar todo aquello de valor histórico o artístico y complementarlo con una elegancia contemporánea que se fusiona con lo histórico. A medida que diseñamos nuevos muebles o detalles, tuvimos en cuenta la línea de un respaldo o pata de silla con referencia clásica. Estas referencias innatas y subliminales son las que permiten que una silla contemporánea se sienta como en casa junto a una antigüedad española”, continúan desde BAMO.
Pero también se apostó por el arte, local en este caso, y junto a la consultora Paloma Fernandez-Iriondo, se desarrolló un concurso para involucrar a jóvenes artistas españoles emergentes de las principales Escuelas de Bellas Artes de Madrid, Málaga y Sevilla para comisariar una gran parte de la colección que puede admirarse a lo largo del recorrido del hotel. También se trabajó con otros artistas en el encargo de obras para lugares específicos, y una colaboración con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, fundada por real decreto en 1744 y justo al otro lado de la calle del Four Seasons, que permitirá a los huéspedes del hotel tener la oportunidad de disfrutar de los moldes de yeso de esta importante e histórica colección.
Lo que antes era el Banco Español de Crédito ahora es el vestíbulo del hotel, con vidrieras originales y pilares de mármol verde con capiteles dorados que una vez adornaron el vestíbulo principal del banco. “Dada la abundancia de historia presente, nuestro nuevo diseño incorpora movimientos audaces para tocar una cuerda de relevancia, como la sinuosa escalera ovalada que se eleva tres pisos, pasando por una de las impresionantes instalaciones de arte del hotel, Starry Night, de Eduardo Pérez-Cabrero (formada por constelaciones de estrellas que representan virtudes humanas), pues como se ha mencionado, muchos de los toques modernos del hotel provienen del programa de arte compuesto por esas 2.500 piezas seleccionadas de un concurso ideado por nuestro equipo para involucrar a artistas españoles emergentes”.
Uno de los desafíos a los que se enfrentó BAMO fue decidir qué hacer con las antiguas filas de cajeros. Y la solución fue tan genial como elegante. “Desarrollamos sofás de banqueta sinuosos y bajos que envuelven las filas de cajeros, y colocamos sillas sueltas para crear un fabuloso salón social. Los grupos de asientos están acentuados por lámparas color aguamarina que se sientan en pequeñas mesas bajas de piedra e iluminan los motivos de acanto”.
Justo donde el vestíbulo presenta una línea definida entre el pasado y el presente, se realizó un contraste más silencioso a nivel de funciones. Los salones de baile y las salas de reuniones fluyen visualmente con los elementos arquitectónicos, sin intentar imitar o engañar al ojo, mientras que el diseño simpatiza con los elementos históricos, con una paleta mayoritariamente tranquila y neutral que aporta cohesión a espacios dispares.
“Las lujosas suites están diseñadas individualmente con la sensación de un gran apartamento en Madrid. La sorprendente Royal Suite fue la oficina privada de los presidentes del banco desde principios del siglo XX y ha conservado muchas características originales, como la chimenea, las molduras del techo y los balcones tipo Julieta. En las habitaciones, una tranquila sensibilidad de diseño, combinada con la calidad de los fabricantes y artesanos españoles, permitió que las piezas altamente personalizadas encajaran en las innumerables condiciones que el sitio histórico reveló”.
Si entramos un poco en detalle, veremos que la sala de estar de la Suite Real era la oficina privada del presidente del banco a principios del siglo XX y, antes de eso, una gran sala de eventos en el edificio original del siglo XIX. Todas las históricas ventanas, pisos, paneles de pared y molduras de techo ornamentadas se han incorporado a un diseño que tiene la sensación de un gran apartamento palaciego. O que la Suite Presidencial ha sido diseñada para funcionar como suite social, con múltiples áreas de entretenimiento y asientos. En un extremo hay dos grandes estanterías tipo buffet que albergan todas las necesidades de un bar de cócteles elaborado, taburetes contemporáneos rodeando una isla de piedra y un televisor ubicado discretamente en el área de la barra trasera.
El resto de habitaciones, como sigue contando BAMO, son, en pocas palabras, “clásicas y están bien equipadas. El elemento de la firma es un armario / vestidor estilo boutique que separa el dormitorio del baño. Hecho de nogal figurado, parece ser un gran armario, pero en realidad es una pared empotrada que se detiene antes del techo para ampliar el tamaño de la habitación. El armario está completamente equipado con ganchos y estantes para la ropa, y áreas para desempacar y estilizar conjuntos. En el lado del dormitorio, el Four Seasons “My Bar” está bellamente iluminado y empotrado con laca negra, espejo bronceado y tiradores de latón martillado; agregue “joyas” al minibar”.
Y decimo joya de la corona porque está en lo más alto, como toda corona que se precie. Y se trata del spa. El concepto surgió como un jardín en el cielo, aprovechando uno de los magníficos patios y lucernarios existentes. Se imaginó un vestíbulo de tambor ovalado de dos pisos, rebosante de luz natural a través de un impresionante tragaluz oculus en lo alto. Bañada pro la luz del sol, la refinada rotonda se suaviza con jardines colgantes modernos y abstractos que brillan en metal y vidrio, un jardín colgante personalizado, compuesto por elementos de vidrio hexagonales iluminados internamente, desarrollado con Lasvit, flotando en el centro. El vidrio transparente, ámbar y topacio se convierte en las enredaderas que se tejen y descienden por el techo abierto.
“Siempre he sentido que Madrid tiene un gran atractivo cuando miras hacia arriba”, contó la diseñadora principal de BAMO Lindsay Noelting, “pero no fue hasta que hicimos una visita al inicio del proyecto, parada en esa azotea imaginando una piscina, una terraza de restaurante y residencias privadas, cuando fui consciente y me me sorprendieron las impresionantes vistas mirando a través de los tejados de terracota y hacia las grandes avenidas de la ciudad. Realmente sientes el corazón de Madrid ”. Y es que el Four Seasons Hotel Canalejas es verdaderamente auténtico, no está diseñado para tener un estilo determinado, es este estilo porque todo ha sido guardado y reinsertado. Se mantuvo lo existente y lo nuevo es contemporáneo con una línea clásica y una elegancia que se funde con lo histórico.
